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Tipos de fachadas y sus características

¿Sabías que existen varios tipos de fachadas? Las fachadas no solo son la parte vista de nuestros hogares, sino que también es la protección principal que tienen nuestras casas frente a las diversas condiciones climatológicas. Elegir el tipo de fachada según las necesidades es clave para conseguir un confort óptimo en nuestros hogares.

La fachada de un edificio nos protege del frío, del calor, de la lluvia y de otros fenómenos atmosféricos. La orientación de la casa, los materiales utilizados o el clima en el que nos encontremos definirán el grado de aislamiento de nuestro hogar. A continuación, podrás descubrir los tipos de fachadas que más se trabajan en la actualidad y sus características.

Fachadas ligeras

Los tipos de fachadas ligeras se caracterizan por ser livianas y fáciles de instalar. No forman parte de la estructura de soporte del edificio o casa, por eso pueden ser poco pesadas. Una de sus grandes ventajas es que se trata de una de las opciones más económicas. Por contrapartida, su aislamiento no es demasiado bueno ni contra el frío ni contra el calor, como tampoco en la parte acústica. No son muy recomendables, aunque el aislamiento se puede mejorar con un poco de inversión adicional. Los sistemas más comunes de fachadas ligeras son:

  • Panel: como su nombre propio indica, la fachada se cubre con un sistema de paneles que encajan entre sí, apoyados directamente sobre esta. La instalación es rápida y sencilla, siendo esta su mayor ventaja. Por otro lado, los paneles no se pueden doblar ni curvar. También se han de colocar todos horizontalmente o verticalmente, no se pueden poner de forma intercalada. 
  • Muro-cortina: también se forman a base de paneles de distintos materiales, como la madera, el aluminio, el plástico o incluso el vidrio. Se colocan sobre soportes que se ponen en la fachada, por lo que queda una pequeña distancia entre esta y los paneles. Las fachadas muro-cortina tienen un aspecto liviano y delgado. 

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Fachadas pesadas

Las fachadas pesadas son el tipo de fachada más tradicional, donde se usan materiales tan habituales como el ladrillo, la madera o la piedra. Estas tienen un papel fundamental en la estabilidad del edificio, al contrario que pasa con las ligeras. Es decir, los materiales utilizados formarán parte de la estructura del mismo, por lo que elegir el correcto en cada caso es fundamental:

Según los materiales utilizados

  • Madera: la madera se utiliza sobre todo en viviendas campestres o cabañas. Se pueden utilizar varios tipos de madera, cuanto mejor sea, más cara resulta. Según las condiciones climatológicas, deberemos elegir una u otra. Además, la madera suele ser tratada para mejorar su durabilidad y aislamiento. El aspecto más negativo es el coste de la inversión inicial y de su mantenimiento, el cual debe hacer un profesional debido a su alta dificultad 
  • Ladrillo: las fachadas de ladrillo visto son las más comunes en España, gracias a su gran resistencia y su fácil mantenimiento. Es un buen aislante y la relación calidad/precio es bastante buena, de ahí su gran popularidad. 
  • Piedra: las fachadas de piedra se ven muy a menudo en casas o edificios de alto coste. Sus propiedades aislantes y de resistencia son excelentes, tanto en invierno como en verano. Su alto coste y su caro mantenimiento son los principales contra para que no sea tan popular. 
  • Pizarra: la pizarra en realidad se trata de un tipo de piedra que aguanta cualquier inclemencia del tiempo. Se utiliza en zonas urbanas de alta montaña, donde el frío y el calor suelen apretar. Tiene un alto coste. 
Tipos de fachada

Fachadas transventiladas

Los tipos de fachadas transventiladas son muy parecidas a las de muro-cortina pero con una principal diferencia, este tipo de fachada si influye directamente sobre la estabilidad del edificio, ya que sus montantes están unidos a los muros de carga. Tiene un peso mucho mayor, ya que se utilizan materiales pesados como la cerámica o la piedra. La gran ventaja es que proporcionará un aislamiento térmico y acústico mayor.

Fachadas prefabricadas

Las fachadas prefabricadas de hormigón y madera son cada vez más populares. Se construyen en un taller por piezas, para después ser trasladadas al edificio, donde se unen entre sí mediante enganches, como si de un puzzle se tratara. El resultado es genial y el montaje es muy sencillo, ya que se deja todo preparado para unir sin necesidad de utilizar materiales adicionales.  

Fachadas SATE

Las fachadas construidas con un Sistema de Aislamiento Térmico Exterior (SATE) tienen un aislamiento perfecto que permite que los hogares tengan un rendimiento energético muy eficiente. Se construyen con placas de materiales aislantes, que se fijan mecánicamente a las paredes de las fachadas y se protegen con mortero. Además, se le aplica un revestimiento de diseño elegante en los que se suele utilizar el grafito, la lana mineral o el poliestireno. Su gran contra es su alto coste inicial. 

Fachadas ventiladas

Las fachadas ventiladas se componen de una doble pared, una primera donde se encuentra el material aislante y una segunda que protege a la primera de la climatología adversa. Como el agua nunca llega a tocar la capa de aislamiento, esta permite mantener la energía dentro del hogar. La parte exterior se encarga de evaporar y drenar el agua, evitando así filtraciones y humedades. Su montaje es difícil y caro, pero su aislamiento es muy efectivo.

Porqué en Ecovip apostamos por los tipos de fachadas SATE 

En Ecovip apostamos por las fachadas SATE como el tipo de fachada con más ventajas a día de hoy. A pesar de su alto coste inicial, las propiedades que adquiere la vivienda gracias al alto aislamiento, hace que su coste sea bastante bueno a largo plazo. Debido a todas estas ventajas, optamos por las fachadas SATE siempre que es posible:

  • Mejora la calidad de vida de los propietarios gracias a su alto aislamiento, que permite tener siempre la temperatura adecuada durante todo el año.
  • Mejora la durabilidad del edificio, ya que no permite la aparición de humedades, grietas o fisuras, además de eliminar los puentes térmicos.
  • Gracias al alto grado de aislamiento, conseguimos un gran ahorro energético y por lo tanto, un interesante ahorro económico. La alta inversión inicial se va recuperando a lo largo de los años gracias al ahorro de hasta un 50 % en calefacción o aire acondicionado.
  • Otra consecuencia directa de utilizar menos energía es un impacto medioambiental menor, reduciendo considerablemente la emisión de CO2.
  • En los casos de rehabilitaciones de edificios, al colocarse exteriormente, no es necesario acceder en ningún momento a las viviendas, como tampoco reducir su tamaño.
  • Mejora la calificación energética del edificio y se moderniza estéticamente, lo que añade una gran revalorización a las viviendas.

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