La ropa sostenible se está haciendo hueco poco a poco en nuestra sociedad. En un mundo en el que el consumismo y la ropa de baja calidad dominan el mercado, la ropa sostenible se ha vuelto una buena opción para aquellos que quieren cuidar el planeta.
Se trata de ropa confeccionada utilizando recursos naturales y respetuosos con el medioambiente durante todo su ciclo de vida: desde el diseño, pasando por la manufacturación, las condiciones de los trabajadores que la hacen, su venta y finalmente su vida útil como prenda de vestir. Es importantísimo que este tipo de ropa cumpla con el máximo de protocolos para que se considere como ropa sostenible.
¿Quién son los precursores de la moda sostenible?
La moda ética o sostenible fue ideada por Kate Fletcher en el año 2007. Esta amante de la naturaleza y habitual activista, cansada del consumismo frenético que se ha instaurado en la moda convencional, decidió crear un movimiento que denominó como Slow Fashion. Este se basa en consumir la ropa que vestimos de una manera sostenible durante todo su ciclo de vida, promoviendo un cambio social que proteja el planeta donde vivimos.
La ropa sostenible trata de darle una oportunidad a las generaciones futuras introduciendo el concepto de sostenibilidad en un mundo tan cambiante como el de la moda. En consonancia al Slow Fashion nace en 2013 el Fashion Revolution Day. Este movimiento fundado por Lucy Siegle, Carry Sommers y Orsola de Castro se celebra cada año para reivindicar una industria de la moda más sostenible.
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Los 3 principios de la moda sostenible
Para que una ropa se considere sostenible debe cumplir con un gran número de características que se basan en estos 3 sólidos principios:
- Todos los procesos del ciclo de vida de una prenda sostenible deben minimizar su impacto medioambiental al máximo para mejorar la salud de nuestro planeta.
- Los trabajadores que la confeccionan deben disponer de unas buenas condiciones laborales, desde el diseño hasta la venta, ya que existen muchos abusos en el sector de la moda, sobre todo en países subdesarrollados de Asia y África.
- Las prendas sostenibles deben formar parte de una economía circular que maneje todos los aspectos y no solo el cuantitativo.
Características de la moda ética
Basados en estos tres principios, todos los procesos que sigue una prenda hasta llegar a nuestras manos deben tener una serie de características para que pueda considerarse como ropa sostenible.
- Ecodiseño: se deben utilizar técnicas de diseño que se basan en el aprovechamiento del tejido al máximo, además, deben ser orgánicos, reutilizables y reciclables. También se tiene en cuenta la atemporalidad y la calidad de las prendas.
- Materias primas: algodón orgánico, el cáñamo o el bambú son algunas de ellas. Todas las materias utilizadas deben ser lo más naturales posibles para que más tarde se puedan reutilizar.
- Estampación y tintado: nada de químicos para darle color a la ropa, se utilizan tintes naturales y estampaciones respetuosas con la naturaleza.
- Manufacturación: se deben seguir unos criterios de calidad y eficiencia para consumir pocos recursos durante la confección de las prendas.
- Embalaje y transporte: primero, el packaging de las prendas debe ser reutilizable o reciclable, nada de utilizar plásticos inservibles que contaminen. También se debe primar el comercio de kilómetro 0 y utilizar vehículos de alto rendimiento y bajas emisiones, para que el transporte sea también ecológico.
- Condiciones laborales: esta es una de las características pilares de la moda ética. Jornadas laborales sin excesos, salarios dignos, buenas condiciones de trabajo y seguridad en el trabajo. La moda sostenible trata de acabar con la explotación laboral de niños y adultos en países como Bangladesh, China o la India.
- Vida útil: hasta aquí solo se ha producido el 30 % del impacto medioambiental de una prenda. El otro 70 % depende de nosotros: el cuidado de la prenda mediante planchado, lavado y uso, marca la diferencia en la moda ética.
- Economía circular: reparación, intercambio, alquiler, donación, reutilización o reciclaje forman parte de la economía circular de la ropa sostenible. La Slow Fashion impulsa todas estas acciones que alargan la vida útil de una prenda.
¿Cómo distinguir la sostenibilidad real del greenwashing?
La moda de la moda sostenible, valga la redundancia, ha llegado a las grandes marcas, y con ella la publicidad engañosa conocida como greenwashing, que podría ser traducido como “un lavado de cara verde”. Se tratan de prendas supuestamente ecológicas según su etiquetado, pero realmente no cumplen con la mayoría de características anteriormente mencionadas.
Para distinguir el greenwashing de la sostenibilidad real deberemos estar atentos a lo siguiente:
- En la moda sostenible se fabrican unidades limitadas, por lo que si nos encontramos un etiquetado ecológico en una gran cadena, probablemente sea mentira.
- Certificados independientes y verdes como GOTS son garantía de sostenibilidad, comprueba en la etiqueta si dispone de un certificador comprobado, aunque aún existe un gran vacío legal en este ámbito.
- En la moda sostenible se utilizan etiquetas que cuentan la historia de todo el proceso que ha seguido esa prenda hasta acabar en tus manos. Si no hay transparencia en el etiquetado o no cuenta los procesos que ha seguido, probablemente se trate de greenwashing.
Moda sostenible vs Fast Fashion
Sin duda la moda convencional o Fast Fashion sigue siendo la opción principal de todos nosotros, aunque la moda sostenible sigue ganando terreno día a día. Seguir consumiendo ropa casi de usar y tirar sigue siendo lo habitual, algo que no beneficia nuestro planeta ni a nosotros mismos, ya que al final acabamos gastando mucho más dinero y recursos.
La moda sostenible acaba siendo más barata gracias a la alta calidad de las prendas y su larga vida útil. Además de contribuir a la mejora de la salud de nuestro planeta, acabaremos ahorrando dinero y mejoraremos la calidad de vida de nuestros nietos.
Teniendo en cuenta todos los beneficios que hemos nombrado a lo largo del artículo, pocas pegas se le pueden poner a la ropa sostenible a parte de un pequeño incremento de su precio inicial, que sin embargo acabaremos recuperando con creces. Pásate a la moda sostenible si quieres un planeta más justo, ético y limpio.
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