¿Has escuchado a hablar del concepto madera sostenible? La madera es un material muy usado en construcción. Sin embargo, como cualquier otra explotación natural, puede estar vinculada a malas prácticas tanto hacia el medio ambiente como hacia las personas.
Por ello, cuando hablamos de madera sostenible, nos estamos refiriendo a que la obtención de este material comprende una correcta gestión económica, medioambiental y social. Además de que existen certificaciones que lo corroboran. A continuación te contamos más acerca de la madera y de su relación con la arquitectura sostenible.
Un material ecológico y polivalente
La madera es un material muy usado para la construcción de viviendas. Y no solo en la actualidad, sino que ha sido empleado desde tiempos antiguos. Esto se debe a que procede de la naturaleza, es polivalente y sus características son beneficiosas para nuestro bienestar. Por ejemplo:
- Un excelente aislante, por lo que permite ahorrar energía.
- Resistente al fuego.
- Natural y renovable.
- Beneficiosa para la salud.
- Tiene una gran durabilidad y resistencia al paso de los años.
- Es muy versátil en cuanto a texturas, formas y colores.
Se trata, por tanto, de un material ecológico con unas características muy positivas para el bienestar de las personas. Además de que es muy polivalente, pues puede usarse para cerramientos, cubiertas, pilares, vigas, puertas, ventanas, suelos, paredes, techos, mobiliario, etc.
La madera sostenible como agente contra el cambio climático
La construcción es un sector que puede generar una gran cantidad de CO2 y de desechos durante el proceso de obra, así como en la extracción y preparación de los materiales y las herramientas que se utilizan. Es por ello que la arquitectura sostenible busca minimizar al máximo el impacto que puede ocasionar al medio ambiente.
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Uno de los materiales más usados y valorados por la construcción sostenible es la madera, pues su huella medioambiental es menor, además de que se posiciona como agente contra el cambio climático por varias razones:
- No necesita combustibles fósiles para ser producida.
- Natural y renovable.
- El carbono que absorbe un árbol (1,47 kg de CO2 para producir 1 kg de madera) se queda almacenado en el producto que después se produce durante su vida útil.
Sin embargo, para hablar de madera sostenible, este material ha de estar vinculado a una explotación forestal sostenible, de lo contrario el daño medioambiental podría ser devastador (por ejemplo, mediante la tala masiva de bosques que lleve a su deforestación).
Explotación forestal sostenible
Según la FAO, para que una explotación forestal sea considerada sostenible ha de responder a un proceso de planificación y ejecución de prácticas que cumpla con unos objetivos ambientales, económicos, sociales y culturales específicos. También está implícita la intervención para mantener los ecosistemas forestales.
La existencia de un bosque en una zona permite que sus habitantes cuiden y vigilen los entornos forestales a cambio de una retribución económica. De esta manera se fomenta el desarrollo en las zonas rurales y el bienestar social de sus habitantes. Asimismo, que la gestión sea sostenible permite que la naturaleza se regenere, conserve sus recursos indefinidamente y mantenga su biodiversidad. Esto, a su vez, interviene en la preservación del medio ambiente.
La certificación de la madera: FSC y PEFC
En la actualidad, existen dos tipos de certificaciones a nivel internacional: FSC y PEFC. Ambas tienen el objetivo de garantizar que una gestión forestal es apropiada, además de viable económicamente y beneficiosa socialmente. Para ello se evalúan los bosques y las empresas que se encargan de su explotación.
Habitualmente, son las propias empresas las que solicitan esta certificación de forma voluntaria, pues quieren demostrar la legalidad y sostenibilidad de las materias primas con las que trabajan. El proceso implica realizar auditorías de las diferentes etapas del proceso: desde el propio bosque hasta el producto final.
Los beneficios de la madera son inequívocos: buen aislamiento, durabilidad, adaptabilidad, resistencia al fuego, versatilidad, etc. Y si además es ecológica, los beneficios son mayores: cuidado del medio ambiente, desarrollo de zonas rurales, economía local y bienestar social. La madera sostenible es, por tanto, uno de los materiales imprescindibles de la construcción ecológica.
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